La calidad de la vida no está determinada por lo que nos ocurre, SINO por lo que hacemos ante lo que nos ocurre.
¿Verdad que nuestros mejores días son aquellos en los que todo lo que deseamos nos sale como lo planificamos? ¡Wow! Es una emoción indescriptible y llamamos a esos días los mejores.
Pero, ¿qué pasa con aquellos que supuestamente no salen como queríamos? ¿De verdad debemos anclarlos como días malos?
Déjame contarte mi último día, supuestamente, no exitoso:
El domingo pasado, día muy esperado porque iba a dictar un Taller con mi Colega, la Doctora Ana de la Peña, resultó que minutos antes de partir hacia un parque con tendidos y con todo lo necesario para vivir una experiencia hermosa en la naturaleza, con las chicas inscritas en el taller, me volví hacia la casa para ver si todo había quedado bien y noté que el primer piso se estaba inundando.
¿Te imaginas cómo me sentí, 3 horas antes de dictar mi esperado Taller?
Sí, así mismo amiga…
Primero confundida, segundo no sabía qué hacer y luego se apoderó de mí, una emoción de tristeza enorme.
¡Ahora déjame compartirte qué fue lo que hice para convertir ese desagradable día en uno hermoso y mi autoestima intacta!
Decidí comenzar a achicar agua con Anita mientras mi mente se ponía en orden. La verdad es que, como reacción automática, todo se me revolvía en mi cabeza y no veía nada claro. No sabía a quién llamar ni que hacer.
Entonces oí su voz que me decía:
— Amparo, actuemos con coherencia, lo primero es lo primero. Cancela el Taller y solucionemos el problema.-
Ahí, sí, sentí unas ganas de llorar muy fuertes y, entonces, salí al patio un momento a darme un espacio y reflexionar.
Pensé… ¿En estos momentos, ¡qué me podría traer bienestar? Y me dije:
— DICTAR MI TALLERRRR-
Ja ja ja. Claro que sí, pero volví y me cuestioné:
¿Podría dictar mi taller en paz y con todo el enfoque y concentración que merece darle?
NO
De manera que, definitivamente, acepté que lo mejor era cancelar y, paso siguiente, lo hice, pero tranquila porque había hecho conciencia de las consecuencias si lo hacía y si no.
Ya estando eso solucionado, mi mente se calmó y vi más claro, encontrando las soluciones sobre cómo arreglar la situación de la inundación.
Más tarde terminé el día muerta de la risa, yendo de compras con Anita y disfrutándolo tal cual como se había presentado.
De manera, Amiga, que te invito a que, si hoy se te está presentando un día que no es supuestamente tu preferido, te detengas y pienses con calma.
Decide con coherencia que sería lo que, en un momento como el que yo viví, te traería paz y bienestar.
Sin ella, créeme que no podrías ver las cosas claras para tomar decisiones, lo que afectaría a tu autoestima.
- Siempre piensa los pros y los contras de la situación que estés viviendo.
- Prioriza y actúa con respecto a eso.
- Pasa la página y sigue viviendo tu momento, no te quedes pegada como un chicle en lo que pasó o pudo ser.
Estos tips, por sencillos que te parezcan, te empoderarán, te conectarán y, por consiguiente, aumentarán tu autoestima.
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Ayúdame a llegar a más personas porque “Todos tenemos el derecho de vivir una vida en coherencia”.
Soy Amparo Jaramillo, Coach de Autoestima y me dedico a motivar, guiar y acompañar a todos aquellos que desean y necesitan crecer en su desarrollo personal y vivir la vida desde la coherencia.