Buscando algunas opiniones de mujeres empresarias y lideresas del mundo, sobre lo que significa ser mujer encontré el párrafo que leerán a continuación de la escritora Karla Horton (comunicòloga y emprendedora y aficionada al deporte):
“Ser mujer es ser luz por siempre. Dedicarnos con amor y pasión a la familia, a los amigos y al trabajo, multiplicándose siempre para dar lo mejor de nosotras. Ser mujer es un privilegio y debemos sentirnos orgullosas de lo que somos, de lo que hemos logrado y de lo que podemos lograr”.
Este párrafo, aunque corto, encierra toda una filosofìa de vida, basta con mirar a nuestro alrededor y observar a las mujeres que a diario van a nuestro lado para no dejar de impresionarnos al ver la capacidad de darlo todo por los demás. Al hablar de todos me refiero a todos en general, ya que no sólo nos entregamos a los nuestros, esposo, hijos, padres y familia, sino, a cada ser humano que se nos presenta en la vida, especialmente aquellos que se encuentran en estado de vulnerabilidad.
Somos seres maternales por naturaleza, no hace falta dar a luz a un hijo para que nuestro instinto maternal florezca, en cada dimensiòn de nuestra vida aflora nuestra esencia maternal, con los demàs seres de la naturaleza, con nuestros semejantes siempre abrimos nuestro corazòn para acoger cada situaciòn de la vida.
En el camino de crecimiento en que nos encontramos y en este tema tan valioso como lo es hablar de nuestra esencia como mujeres, quiero hablarte a tì mujer sobre què tan maternal eres contigo misma, porque es una realidad que siempre estàmos abiertas a todos, pero tambièn es cierto que generalmente, o por lo menos en ocasiones, no estamos para nosotras mismas, nos negamos ese valioso don para con nosotras, somos abnegadas, entregadas y totalmente abiertas para todos, pero casi nunca para con nosotras, para abrazarnos, amarnos y entregarnos todo lo que somos.
Es maravilloso abrir los ojos y experimentar el gran don del amor que se nos entregado, somos seres de luz, llenas de capacidades y virtudes que nos hacen seres ùnicos, mas en estos tiempos de frialdad y sombra donde la capacidad de amar ha disminuido, nosotras como mujeres tenemos la hermosa capacidad de iluminar, de dar calor y de hacer que el mundo sea acogedor y especial, como nuestro hogar, recuerda lo que siempre te he dicho, como seres humanos vibramos desde la fuerza del amor y del ego, pero siempre la fuerza del amor nos hace libres.
Es por ello que en este hermoso despertar de conciencia donde hemos descubierto que todo comienza por mi, que no puedo dar lo que no tengo, la invitaciòn es clara:.
Comenzar a darnos cuenta que debemos ser más maternales con nosotras mismas es parte de mi autoconocimiento, y seguridad en mi misma.
Aprende a quererte y a reconocer tus prioridades.
Rutina de amor. Es tiempo de aprender a ser más solidaria contigo misma; existen diversas formas de hacerlo, aquì te comparto unas de las mías:
- Saca cada mañana un tiempo a solas para ti; aunque te adelanto que al principio va a ser un poco difícil, pero este ejercicio cambiará tu vida. La actividad consiste en dedicarse, inicialmente 30 minutos meditando, orando, reflexionando, escuchando música que te ayude a entrar en ti misma, caminando descalza sobre el césped, escuchando las aves, sintiendo còmo el viento pasa y te acaricia, leyendo, o simplemente en silencio en el lugar de tu preferencia; a medida que pasan los dìas y de acuerdo a tus condiciones, puedes aumentar el tiempo de tu rutina sagrada, de tu espacio de amor propio.
A esta acciòn la comparo con el proceso de asimilaciòn que nuestro cuerpo realiza con las proteínas tan necesarias para la toma de energìa que utilizamos a diario al realizar nuestras actividades cotidianas, de la misma forma nuestro ser necesita alimentarse con proteínas que le fortalezcan y le ayuden a avanzar, estas proteínas son los pensamientos positivos y la paz lograda a travès de estos ejercicios prácticos.
- Acepta y respeta tus necesidades básicas. Cuando vamos dejando a un lado nuestras propias necesidades y las vamos reemplazando por las de los demàs, nos vamos opacando, achicando, menguando sin darnos cuenta; esta acciòn conlleva a que nuestro interior reciba un mensaje de poca valìa propia, de poca importancia a lo personal, a lo propio, y es allì donde comenzamos a perder, pues nuestro ser nos va a impulsar siempre por las necesidades de los otros, y nosotras quedamos relegadas a un segundo, tercer y un sin número de grados, argumentando que lo que me hace realmente feliz es el “servicio”, pero recuerda que primero debes estar tù, nadie da de lo que no tiene.
Querida lectora., amiga, compañera de camino, ten presente que darnos el lugar que nos corresponde, nos compete a nosotras mismas y esto comenzamos a hacerlo primero aceptando nuestras virtudes, capacidades, nuestro talentos, así como nuestros defectos, vacíos y equivocaciones, de allì surge como resultado la identificaciòn de tus propios gustos y de lo que es saludable para tu mente, cuerpo y alma; luego comenzar por hacernos regalos sencillos, por ejemplo un desayuno de tu agrado y saludable, sencillamente programarte para descansar lo suficiente o ver una pelìcula de tu gusto, entre muchas otras màs actividades que tu misma identificaràs y que te llevarán a acrecentar tu propia valìa.
Otro aspecto importante es respetar tus tiempos y tus necesidades, por encima de las de los demás. Cuida tu salud, mental, espiritual y física.
- Aprende a delegar, este ejercicio te brindará el equilibrio y la oportunidad para que otros crezcan. Tu no tienes que hacerlo todo sola, hemos crecido con el paradigma de que somos las multiusos. De que tenemos la habilidad de hacer muchas cosas al mismo tiempo sin importar el sacrificio o el cansancio que nos depara estar siempre disponibles para los otros. Aprender a delegar es maternarte a ti misma, es cuidarte y ponerte en modo amor en vez de sacrificio.
Mujer, valora el hecho de descubrirte y de encontrarte con tu propia riqueza interior, descubre tu potencial y permite que tu vida sea propia. Sé libre desde tus capacidades insondables como madre, es tu tiempo, el tiempo de ser mujer-madre para ti misma.
Recuerda que la mejor inversión eres tú.
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